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Lunes, 11 Junio 2018 11:33

El Extremo de la Violencia de Genero

 

Fue uno de los Ejes que tuvo lugar en el 2° Congreso Regional de la Mujer, desarrollado el pasado viernes 8 y sábado 9 de junio en la Casa de la Historia y la Cultura del Bicentenario (Gálvez).

Disertaron la Dra. Romina Scaglia (jueza de Baigorria), la Dra. Candela Powell (jueza del juzgado Nº 20 de nuestra ciudad) y el Dr. Fernando Ramírez, juez del tribunal oral en lo criminal Nº 9 de la CABA.

La exposición Central estuvo a cargo del Dr. Ramirez, quien se centró en el FEMICIDIO, como se creó su figura, su introducción en el Código (Art.80 CP), el concepto, entre otras. “Es una construcción del movimiento de mujeres y expresa la punta del iceberg de la violencia contra la mujer”. “Junto con la doctora Ana Dieta en el caso Weber, que se hizo famoso en realidad por la víctima, que es Corina Fernández, nosotros consideramos que se podía establecer la existencia de una figura especial, no en términos de tipo penal, sino como concepto, en este caso la tentativa de matar a una mujer por un varón en un contexto de violencia de género, es algo distinto de lo que nosotros conocemos como homicidio… Es distinto en cómo se expresa, por cómo se llega a esto, y por el impacto que tiene en sí mismo”.

El concepto de “femicidio” ha generado “una toma de conciencia, de que la mujer asesinada por el varón en un contexto de violencia expresa algo distinto que el conflicto individual, el movimiento de mujeres ha puesto en evidencia esta particularidad del femicidio, y el cómo impacta en toda la estructura social

“LA PRESIÓN MEDIÁTICA EN EL CASO DE ANGELES RAWSON SE DABA EN LA NECESIDAD DE TENER UNA RESPUESTA” 

Ramírez es también reconocido por presidir el tribunal que condenó a Jorge Mangeri por el crimen de Angeles Rawson. “El caso de Mangeri tuvo una trascendencia mediática muy particular, y en ese sentido se produjo una serie de coincidencias temporales: se trataba de una víctima adolescente, él de una persona muy cercana porque era el encargado del edificio donde vivía, y hacía relativamente poco que se había hecho la reforma que introducía el concepto de femicidio en el código Penal, y coincidía también con el NI UNA MENOS, y esto catapultó el caso para hacerlo emblemático. Como juez, por desgracia diría, sin embargo, que he tenido que intervenir en muchos casos, todos con sus particularidades”. Y consultado sobre la “presión mediática”, puntualizó: “Yo no soy un juez federal que tiene otras presiones mediáticas y políticas, pero acá se daba en la necesidad de tener una respuesta, razonada y expuesta en una sentencia para que la gente la pueda leer, y la verdad que todo estuvo muy expuesto”.

El magistrado escuchó atentamente el panel en que participó Elena Moncada, santafesina que trabajó en prostitución y pudo salir de esa vida: “Yo no entiendo las posiciones que pretenden convertir en ‘trabajadoras’ a las mujeres en situación de prostitución, porque es obligación del Estado darles las herramientas necesarias para que puedan salir de esa situación y no plantearlo como una elección. Este intento por convertir la prostitución en trabajo y darle una categoría determinada dentro del espectro jurídico, más allá de los beneficios que van a recibir las centrales de trabajadores que cobrarán el dinero del prostituyente de manos de la mujer prostituída, lo que tiene cierto carácter de miserabilidad que no se puede ocultar y coloca al Estado en un lugar prescindente, porque se regirá por las leyes laborales y ya no será cuestión del Estado ocuparse de ellas”.

Nota Gálvez Hoy.

 

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